Ley aplicable y jurisdicción competente en los contratos internacionales
- Detalles
- Creado en Jueves, 27 Junio 2013 09:41
- Escrito por International Contracts Staff
|
Tweet |
En las operaciones locales no suele ser necesario especificar la ley aplicable ni la jurisdicción competente a la que tienen que someterse las partes en caso de litigio. Sin embargo, en los negocios internacionales, es conveniente establecer en el contrato, tanto la ley aplicable como la jurisdicción; es decir, qué leyes del país rigen las condiciones del contrato y en los tribunales de qué país se resolverán las controversias que puedan producirse.
Desde el punto de vista jurídico, las situaciones más importantes que influyen en las relaciones comerciales internacionales son:
-
Cuando las partes en el contrato no tienen su sede en el mismo país.
-
Cuando cada parte sólo tiene activos importantes en el país donde reside.
-
Cuando las operaciones se rigen por la ley de otro país ya que se puede considerar que el contrato se formó en ese otro país.
-
Cuando la totalidad o parte de la operación se va a realizar en un país diferente a aquel en el que una o ambas partes tienen su residencia.
Si alguno o más de estas situaciones están presentes, será necesario que las partes sean precisas en cuanto a qué sistema jurídico tiene por objeto regular el contrato así como cuáles serán los tribunales competentes en caso de litigio.
Normalmente, las partes tienden a elegir el sistema jurídico con el cual están familiarizados y tal elección, en general, será respetada por los tribunales de la otra jurisdicción, si bien esta decisión puede estar sujeta a restricciones políticas y a leyes imperativas de la otra jurisdicción.
La cuestión de cuáles son los tribunales competentes en caso de litigio, y de dónde debe aplicarse la disposición contractual referente al tema, puede también plantear dificultades. Las partes tal vez deseen someterse a la jurisdicción exclusiva de los tribunales de un país, pero esto no es aconsejable cuando una parte sólo tiene activos materiales en otro país ya que será necesario obtener la ejecución inmediata de las obligaciones contractuales en ese otro país. Además, es preciso examinar si existen derechos recíprocos de reconocimiento de sentencias entre las distintas jurisdicciones.
Por ejemplo, si una empresa inglesa firma un contrato para el suministro de mercancías a una empresa en China, y el contrato está en inglés, la empresa quizá prefiera que el contrato se riga por el Derecho Inglés y que cualquier controversia se rija por los tribunales del Reino Unido. Si la empresa china no tiene activos en el Reino Unido y no cumple con la sentencia en su contra por daños y perjuicios, la empresa inglesa tendría que tratar de ejecutar la sentencia en los tribunales chinos, lo cual resultará muy costoso y requerirá mucho tiempo.
Además, existe el riesgo de que una de las partes ignore los términos del contrato e inicie el procedimiento en otra jurisdicción. Por ejemplo, en el caso descrito anteriormente, si la empresa china no está satisfecha con la calidad de los productos, podría iniciar una acción en los tribunales chinos, y el juez podría decidir permitir que la demanda siguiera adelante incluso si el contrato estipula que son los tribunales ingleses los que tienen jurisdicción.
Este principio también se aplica en la UE: ha habido una serie de casos en los que una de las partes en un Estado de la UE ha iniciado un procedimiento en su estado natal a pesar de que en el contrato se especifican que son los tribunales del Estado de origen de la otra parte los que tienen jurisdicción exclusiva; aún así los tribunales del país de la UE han permitido que el procedimiento siguiera adelante
Ley aplicable es otra asunto complicado: mientras que un contrato puede estipular que las leyes del país A se aplican, si el contrato es para un trabajo en el país B, las leyes del país B también va a tener que ser tenidas en cuenta.
En parte para evitar algunos de estos problemas, es habitual que se elija el arbitraje como método de solución de controversias en los contratos internacionales, en lugar de resolverlas en tribunales ordinarios.
Concluimos con tres recomendaciones:
-
Asegúrese de que en el contrato se especifique el sistema elegido y la jurisdicción competente.
-
Es un asunto complejo y, por ello, se recomienda contar con asesoramiento jurídico.
-
Considere la posibilidad de incluir una cláusula de arbitraje cuando firme contratos con empresas de otros países.
Para obtener modelos de contratos en varios idiomas haga clic aquí.